Guillermo Quartucci, el profesor que protagonizó una fuga de leyenda en 1976 del puesto caminero de Jacinto Arauz, declaró durante dos horas frente al Tribunal Oral Federal de Santa Rosa. "La gente del pueblo fue la que armó la lista", dijo. Y mencionó, entre otros, a Ricardo Rostán, Irma Rodríguez y Gregorio Martín. Fue el único secuestrado que logró fugarse de La Pampa, al menos durante la dictadura militar. Estuvo caminando seis días hasta llegar a Bahía Blanca y finalmente exiliarse en México. El miércoles 14 de julio, apenas comenzada la fría mañana, se produjo el operativo conjunto entre el Ejército, la policía provincial y la Federal en el pueblo. Unos doscientos uniformados lo rodearon, se dirigieron al Instituto José Ingenieros para detener a los "sospechosos" acusados de haber violado la Ley 20.840 sobre actos de subversión y allanaron las viviendas de más de diez docentes y alumnos. El rector Carlos Samprón y los docentes Guillermo Quartucci, Angel Alvarez y Víctor Pozo Grados fueron detenidos mientras daban clase. Varios soldados ingresaron con armas a las aulas y los esposaron delante de los alumnos. Los subieron a un vehículo, les vendaron los ojos y los trasladaron primero a la comisaría y luego, durante esa misma mañana, al puesto caminero, ubicado a unos mil metros de la entrada del pueblo, sobre la ruta 35. En el puesto caminero los prisioneros fueron reducidos e interrogados, algunos con aplicación de picana, como Carlos Samprón, Angel Alvarez, Víctor Pozo Grados y el mecánico Samuel Bertón. En ese lugar, mientras los detenidos ilegales esperaban atados y encapuchados por el "interrogatorio", Quartucci alcanzó a escapar. Según el libro "El Informe 14", de Quartucci los militares indicaban que había logrado escapar mientras se encontraba "esposado, lo que demuestra su peligrosidad y habilidad", se lo tildaba de "elemento de izquierda" y se hacía un curioso perfil sobre su actividad: "Viaja desde Bahía Blanca lo que demanda un gasto 70 al 80 por ciento de lo que percibe mensualmente en el instituto, debiendo además abonar una pensión en Arauz por los días que permanece dictando sus cátedras, estas circunstancias llaman poderosamente la atención por cuanto se deduce que no obtiene ningún beneficio económico por el dictado de sus clases lo que da la pauta que esta actividad es un escudo de ocultamiento de los verdaderos fines que persigue". Quartucci estudió Letras en la Universidad del Sur en Bahía Blanca. Egresó en el '68 y en 1975 estuvo en Japón invitado por la Universidad de Tokio. Cuando regresó se encontró cesanteado por la intervención del fascista Remus Tetu. Surgió entonces la posibilidad de irse a México para un posgrado en estudios japoneses con una beca de tres años a partir de septiembre del '76. Mientras esperaba, le ofrecieron, en marzo, dar clases en el Instituto de Jacinto Arauz hasta julio. El director era Carlos Samprón, a quien conocía de un colegio secundario bahiense. Quartucci viajaba desde Bahía Blanca entre miércoles y viernes, para no gastar en una pensión el magro sueldo que recibía y se quedaba en la casa de los Samprón. Pero el 14 de julio del '76 un operativo copó el pueblo y los militares detuvieron a docentes del Instituto José Ingenieros. Ese miércoles, Quartucci llegó al pueblo en un ómnibus para dar su primera clase del día y se enteró que habían llegado militares. A las 11 entró al aula del tercer año y apenas comenzó la clase entraron dos soldados con armas largas que lo sacaron a los empujones. En el pasillo lo pusieron contra la pared y lo palparon de armas. Luego lo llevaron a un vehículo con la inscripción Gobernación de La Pampa en la puerta. Allí, un uniformado le sacó los anteojos, los guardó en el bolsillo del gamulán, le colocó una venda de toalla en los ojos y le ató las manos por detrás con la bufanda. Fue trasladado hasta la comisaría y recluido en una habitación. Luego entró una persona que lo empezó a interrogar. Fue golpeado y hasta le pasó una pistola por su cara. Le interesaba su actuación en la UNS y de su relación con Samprón. El docente no habló y lo llevaron a otra habitación. Allí hubo otro interrogatorio, pero sin violencia. "Después, me dijeron que tenía que firmar mi declaración de varias hojas a máquina, para lo cual me sacaron la venda. Plagada de falsos dichos, estaba obviamente diseñada para incriminarme como ‘subversivo' y ‘comunista'". Lo volvieron a vendar y lo metieron en un calabozo. Nunca le requisaron el dinero, ni la documentación, ni el manojo de llaves que tenía en el bolsillo del pantalón, ni el manojo de llaves que tenía en el bolsillo del pantalón, ni el reloj. -"Yo trabajaba en la UNS.En marzo de 1975 tenía una invitación para hacer un viaje a Japón, con una colega. Nos fuimos y cuando regreso, me encuentro con que no tengo trabajo. Estuve dando clases particulares en mi casa, porque no tenía trabajo. Y en marzo de 1976, me llama una compañera y me dice que había recibido una llamada de Carlos Samprón para dar clase en el Instituto de Arauz". -"Viajo a Jacinto Arauz para arrreglar con Samprón. Y me dice que las horas habían sido ocupadas. Pero las horas de Historia, no". -"Entre otras actividad, al llegar, hice una presentación sobre mi viaje a Japón. Fue todo el pueblo". -"Yo notaba que había un clima raro, antes del operativo. Había desconfianza". -"Era mi última semana en Arauz. Yo iba a despedirme... Yo llegué el miércoles en colectivo. Voy caminando y había un trabajador del ferrocarril que me dice que habían llegado policías y militares que se habían llevado preso al rector y varios profesores". -"Pasé por la casa de unas personas con las que había entablado una relación amistado. La casa de Malán". -"Yo igual fui al colegio. Me detuvieron cuando estaba con los alumnos". -"Me empezaron a interrogar en la comisaría. Por ejemplo, me empiezan a preguntar quién me había pagado el viaje a Japón. Si había sido Cuba o el Comunismo Internacional o quién". -"Me preguntaban quién era la mujer que aparecía en unas diapiositivas. Era una colega, una compañera de viaje". -"También empezaron a interrogarme sobre la realidad local. Me di cuenta de que había habido una información de un sector del pueblo. Me preguntaban por qué vivía con Samprón, su esposa y su pequeño hijo. Había una connotación de tipo sexual y de promiscuidad, en base a chismografía de pueblo". -"´'Vas a tener que decir la verdad porque vas a recibir Rawson o te va a costar la vida', me decía. Incluso me frotaba sus zonas íntimas, como diciendo te vamos a violar. Lo peor fue cuando me pasa una pistola por la cabeza y la gatilla. No tenía balas". -"Cuando estoy detenido, un niño se acerca hacia mi. Y la señora Arellano dice: 'Viste que quieto está. Parece una estatua'. Efectivamente estaba así". -"Reconocí voces. De Pozo Grados y de Angel Alvarez. Me di cuenta de que estábamos siendo rotados para ser interrogados". -"Al rato viene alguien y me toma del brazo y me lleva a la celda. Me cambia la bufanda por esposas, con las manos hacia atrás". -"Durante estos procedimientos nunca me sacaron las pertenencias. Las llaves, los documentos, los lentes y el dinero". -"Unas cinco horas después de ser detenido, pido ir al baño. Regreso a la celda y me sacan de la comisaría". -"'Con este son cuatro', dice uno, cuando me suben a un vehículo. Cuando empieza a andar este vehículo... Marchó durante mucho tiempo. En un momento le pido al chofer si no podía sacarme la venda porque me picaban los ojos. El chofer me dice que no era necesario, que me la iba a sacar San Pedro". -"Nos bajaron y nos metieron en una habitación cuadrada. Se oían voces de una habitación contigua. 'Ahora cuando venga el Gringo van a saber lo que es esto', decían. Pensé que nos iban a fusilar. Que nos iban a aplicar la Ley de Fuga". -"En ese momento empecé a forcejear y logré sacar la mano izquierda de las esposas". -"Los salvajes se asomaban cada dos o tres minutos e insistían con que iba a llegar al Gringo a fusilarnos". -"Me corrí la venda. Nosotros estábamos en penumbra. Ahí vi quiénes estábamos". -"Yo sabía que si no me encontraban a mi, no iban a fusilar a mis compañeros". -"Abrí la puerta, fui a una ventana y se produce un. Abri la ventana, salté al campo y salí corriendo, corriendo, corriendo, hasta perderme". -"Vi que a mi derecha pasaban luces de automóviles. Dije que podría ser la ruta 35. Vi luces de un pueblo. Había muchas estrellas. Vi la Cruz del Sur y me dije voy a llegar a Bahía Blanca". -"Cuando iba por el costado de las vías, me saqué las esposas de la otra mano, la derecha". -"Caminé seis noches seguidas. Llegué a la madrugada del 20". -"Caminaba de noche. De día me podían ubicar". -"Decidí salir de las vías; tomé un camino vecinal". -"En una noche, vi dos vehículos. Uno con un reflector. Me estaban buscando. Me eché en la zanja y pasaron por mi lado, a dos metros. Vi que eran soldados". -"La tercera noche oigo una corriente de agua. Cuando me acerco, no me di cuenta que había una barranca y me mojé todo. Pensé que me iba a morir de frío. Camino hacia la ruta y vi un caserío. Había dos matrimonios, festejando alguna cosa. Abrieron la puerta y quedaron impactados por lo que veían. Se quedaron así. Y les digo si no me podían ayudar porque me había caído al arroyo. Me dieron ropa seca y cuando estaba terminando de vestirme me dicen que lo lamentaban mucho pero que le iba a tener que devolver la ropa. Me dijeron que en el día de ayer habían estado militares buscando un prófugo. Y que si me veían con sus ropas podrían comprometerlos. Entonces me tuve que volver a ponerme la ropa mojada". -"Cuando llego a Bahía Blanca por la ruta de la circunvalación, llego hasta un arroyo, donde está el club de golf. A mi casa no podia ir porque estaría vigilada. Tampoco a la de mi hermana y de amigos con los que estaba muy relacionado". -"Hasta que me acordé de una pareja de amigos, que no tenían ninguna relación con la UNS. Ellos pueden ser personas más a menos seguras, me dije". -"Toqué la puerta, me abrazan y me hacen pasar. Me bañé, me afeité el bigote y me corté el pelo. Luego me dormí". -"Decidimos que me iba a ir a una casa chiquita, que mi papá y yo acabábamos de comprar en el barrio Patagonia". -"Me fui en colectivo a Buenos Aires, para salir a México, donde me esperaba la beca. Necesitaba una visa para salir. El consulado estaba vallado". -"Decidimos que yo tenía que llevar esa carta de invitación de la universidad mexicana. Me hicieron pasar y logré sacar la visa de México". -"Primero me fui a Montevideo, de allí a Río (de Janeiro), Guatemala y finalmente México. Ahí estuve tres años haciendo este master". -"No logré identificar a los que me llevaron detenido. Sí que el vehículo decía Gobernación de La Pampa. El uniforme era medio verde y marrón". -"Oí las voces del que me interrogaba y vi a la persona que me pidió firmar mi declaración y el que, también me pidió disculpas". -"Las preguntas que me hacían provenían de información que recibían de gente de pueblo. Gente del pueblo que confeccionaron listas y con esas listas nos llegaron a detener. Todos los detenidos, a excepción de Samuel Bertón, eramos de afuera". -"Se quejaban del desaliño de profesores y alumnos, que habían en los pupitres escrituras soeces y que en la cátedra de Literatura había enseñanza de escritores marxistas". -"Yo pensé que mi fuga no había sido en vano. Tanto me amenazaron de muerte que yo lo creí. Si no los habían mataro, era porque yo estaba de testigo. Yo escribí mi historia y lo dejé guardado por si me pasaba algo". -"Un alumno me escribió en los '80. Unos diez o doce años después del procedimiento. Pero no habló del procedimiento, sino de cómo podía ingresar a México para estudiar". -"Solamente pude hablar de esto con Samprón. Hacía 28 años que habíamos cortado la relación. El meollo de esta cuestión era Samprón, porque era brillante y había dinamizado a la escuela. El pueblo, sin embargo, pedía que se quedaran quietos y obedecieran. Samprón quería crear alumnos críticos, pero de ninguna manera lo hacía en forma política". -"Hay un matirmonio de Jacinto Arauz, Irma Rodríguez, madre de uno de los alumnos y directora de la Escuela 33, que nos denunció. Ella y su esposo Gregorio Martín. Ellos eran los que estaban confabulándose y viendo 'rojos' en toda la escuela". -"Hubo otros padres que nos denunciaron, como el farmacéutico Munuce, un veterinario de apellido García... y Ricardo Rostán. Este fue el que empezó con esta campaña de desprestigio para la gente que venía de afuera". -"Samprón me dijo que 'El Gringo´ era Fiourucci. Fue el que los torturó". -"Todo empezó porque una profesora hizo hacer una monografía, Manuel Negrín, un guerrillero que había sido muerto en el norte del país". |